Entre cortina de humo y sonrisas.
El martes 5 de diciembre fue un día excepcionalmente, enriquecedor y gratificante para los alumnos del séptimo semestre de la licenciatura en gastronomía, marcado por una serie de actividades relacionadas con la germinación de plantas, una visita al huerto y sembradíos, así como la experiencia culinaria en la cocina de humo. Este día dejó una impresión duradera gracias a la pasión, conocimiento y amor que el instructor transmitió al hablar sobre la tierra y sus productos.
La jornada comenzó con emocionantes prácticas de germinación, donde los alumnos pudieron sumergirse en los fundamentos de cómo las plantas comienzan su ciclo de vida. La visita al huerto y sembradíos proporcionó una conexión tangible con la tierra y la importancia de cuidarla para obtener productos de calidad. El anfitrión, el señor “Orlando”, con su profundo conocimiento y aprecio por la naturaleza, impartió información valiosa sobre las técnicas de cultivo, los ciclos de siembra y cosecha, y la importancia de respetar el entorno para lograr alimentos saludables y sostenibles.
El aspecto más destacado de la jornada fue la práctica de sembrar plantas comestibles. La pasión y el amor con los que el anfitrión hablaba sobre la tierra y sus frutos inspiraron a los estudiantes, creando un ambiente de aprendizaje enriquecedor y estimulante. La dedicación del anfitrión por compartir su conocimiento sobre la tierra y los procesos de crecimiento de las plantas fue evidente y contagioso, generando un profundo respeto por la naturaleza entre los presentes.
La culminación de esta jornada memorable se dio en la cocina de humo, donde los alumnos tuvieron la oportunidad de aplicar lo aprendido en los laboratorios de cocina de TESVB. Aquí, se sumergieron en la preparación de sopes, tortillas a mano, aguas frescas y más, que con ayuda de doña vero, logro salir todo perfecto. La práctica en la cocina fue un reflejo de armonía y respeto por los ingredientes naturales, mostrando cómo el conocimiento adquirido se traduce en la creación de platos deliciosos y auténticos.
En resumen, este día no solo proporcionó conocimientos prácticos sobre germinación, cuidado de plantas y técnicas culinarias, sino que también sembró semillas de aprecio por la tierra y sus productos. La experiencia fue armoniosa, tranquila y respetuosa, dejando una huella perdurable en la mente y el corazón de los alumnos, quienes salieron no solo con habilidades gastronómicas mejoradas, sino también con un profundo respeto por la naturaleza y sus procesos. Sin duda alguna el amor y dedicación con la que trabaja el señor Orlando hacia sus tierras son signo de admiración y respeto, y los productos degustados es claro ejemplo de que el amor es la mejor forma de hacer las cosas.
Jocelyn Guadarrama Rivera
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