Delicias entre calle y calle, un recorrido entre tradición y sabor
Como muestra de una gran tradición culinaria mexicana, las calles de este hermoso país se decoran con los distintos puestos de comida que más allá de estar por un ingreso económico para gran parte de la población, son la representación de una tradición culinaria que ha evolucionado desde hace muchos años pues esto es algo que se ha heredado desde la época prehispánica ya que desde entonces se ofertaban comida en las calles específicamente en el mercado de Tlatelolco lugar donde se podían encontrar desde ingredientes hasta platos para degustar, de ahí que el Mexicano generó esa costumbre de comer en la calle que a la fecha se ha vuelto parte de la cultura gastronómica.
Y es que, a través de los mercados
tradicionales, los puestos fijos y semifijos ubicados en las transitadas calles
a lo largo de los años se ha vestido a las ciudades y pueblos con un colorido y
aromas seductores que son apreciados por quienes las transitamos mostrando la
identidad de este país y la riqueza del mismo. Tanto así que en distintos
pueblos o ciudades del país hay calles enteras designadas para la venta de
antojitos en las cuales se muestra la fusión de aromas y sabores gracias a la
diversidad de platos o antojitos disponibles.
Como mexicanos es inevitable
resistirnos a la variedad de delicias ofertadas en las aceras que transitamos o
en los mercados tradicionales, pues además de poder encontrar un festín para
los sentidos, la variedad de platos es interminable, pues aunque se piense ante
el mundo que nuestro único referente son los tacos, la comida de las calles va
mucho mas lejos pues podemos apreciar desde los deliciosos esquites, los ricos
pambazos, las enchiladas que nunca faltan o el almuerzo perfecto un tamal con
atole, todo esto disponible en cualquier momento por donde caminamos. Además dentro de una sola comida o antojito hay una variedad muy grande, por ejemplo;
los tacos además de ser los principales representantes ante el mundo, son una
comida que puede ser muy diversa, pueden haber tacos campechanos, al pastor, de
suadero, de bistec, de alambre y así muchos más, que generan una gran lista.
Ahora bien, México representa un país
un tanto extenso que si bien de norte a sur se pueden encontrar puestos de
comida en las calles las variedades de comida pueden cambiar entre estados por
ejemplo, en Michoacán algo que forma parte de la venta de comida en la calle
son las corundas (tamal envuelto en hoja de maíz) que tal vez no sea un
antojito muy común o que encontremos en cualquier estado pero que se ha vuelto
parte de esta práctica, así con cada
estado y sus respectivas comidas representativas, esto lo hace aún más
enriquecedor, saber que de norte a sur México cuenta con variedad en sus
comidas sin cambiar la tradición de ofertarlas de una manera que esté
disponible fácilmente.
Otra cosa que no se puede evitar notar
dentro de la comida del país es que así como hay comidas que solo se ofertan en
una parte de este y no en toda su extensión, hay otras que pueden ser conocidas
a lo largo y ancho del país con sus
ligeras variaciones tanto en la preparación como en el nombre con el que se
reconocen, un ejemplo de esto son los esquites un antojito de las calles el
cual es una preparación de elote acompañado de una mezcla de mayonesa, queso
rallado y chile en polvo sin embargo no en todo el país se le conoce con ese
nombre ya que hay estados donde se le conoce de otras formas como son: elote en
vaso, trolelote, vasolote o chasca entre
otros, además de que su preparación puede cambiar ligeramente pues hay quienes
cocinan el grano de elote en agua con ciertos ingredientes mientras que otro
rallan el grano directamente del elote en el vaso o incluso hay lugares donde
se usa elote amarillo en lugar de blanco, estas variaciones se pueden dar en
muchos de los platos mas conocidos del país otro ejemplo serian las quesadillas
y la discusión interminable sobre si estas van con queso o sin queso que hasta
la fecha no se a podido resolver pero que sin duda como se ofrezcan va a ser
toda una experiencia.
La comida callejera incluye también
sus respectivas bebidas algo que no puede faltar al la hora de comer como las
tradicionales agua de Jamaica y horchata o como se menciono antes el atole un
gran acompañamiento para los tamales en la mañana sin importar del sabor que
sea, también por su parte se llegan a ofertar bebidas mas tradicionales como
son el caso del tejuino, el pulque o el tepache. Sin duda estas también son
parte importante de la gastronomía del país y en la venta en las calles no se
quedan atrás.
La comida callejera en México abarca
un sinfín de cosas que seria muy largo de enumerar pero ya se ha mencionado
anteriormente algunos ejemplos tanto de antojitos, como de bebidas pero es
importante también hacer mención de que así como estas comidas saladas y
bebidas la oferta de comida en las calles es tan extensa que podemos encontrar
diversos dulces o postres que también son parte de la tradición culinaria
algunos ejemplos de estos son el ate, los flanes, las cocadas o las frutas
cristalizadas entre muchos otros, los cuales también los podemos encontrar en
esos puestos coloridos ubicados a un lado de la acera o cerca de esta donde ya
están listos para degustarse.
Por ultimo cabe mencionar que la venta
de alimentos en la calle como actividad económica en México ha crecido tanto al
punto de llegar a haber una mezcla cultural donde ahora podemos encontrar no solo comida o antojitos mexicanos si no que
también encontramos comidas de otros países adaptados al país como el ramen las
hamburguesas, los hot dogs, sushis o las
crepas obviamente con un toque tropicalizado para el gusto de los mexicanos
como el hecho de agregar picante a ciertos platos que en realidad no lo
contienen.
De forma general la comida callejera en México es una experiencia sensorial que refleja una tradición culinaria que ha sido enriquecida a lo largo de los años, en cada bocado podemos conocer una historia y cada puesto nos muestra la autenticidad y riqueza del país, además del ingenio con el que nos manejamos los mexicanos para hacer ciertas actividades, con un sazón que nunca se repite.
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